La Anses, Agencia Nacional Francesa de Seguridad Alimentaria, acaba de publicar un estudio, fechado el 6 de abril de 2023, sobre la presencia de sustancias contaminantes, nocivas para el ser humano, en el agua potable. El objetivo de este estudio era poner de manifiesto la presencia de contaminantes químicos que no se incluyen en los análisis periódicos realizados en el marco del control de la potabilidad. Este estudio se centró en 157 plaguicidas y en los residuos resultantes de su degradación (metabolitos).
Como era de esperar y por desgracia, 89 de estos 157 pesticidas se detectaron en aguas brutas (ríos, lagos, aguas subterráneas, etc.) y 77 en aguas tratadas destinadas al consumo humano. Estos venenos, resultantes del uso de la agricultura convencional, son cada vez más numerosos y se extienden progresivamente en el medio ambiente y en nuestro organismo.
El estudio Anses arroja una luz particular sobre el clorotalonil, un fungicida prohibido en Europa desde 2019, que se encuentra en más de la mitad de las muestras y supera el límite de calidad en más de un tercio de los análisis. Este contaminante se une a la larga lista de contaminaciones que invaden nuestros organismos y todo el medio ambiente, y esto en toda legalidad. Las autoridades, al autorizar la comercialización de estos productos, son perfectamente conscientes de la contaminación futura que cabe esperar de la propagación y degradación de estos venenos.
Aunque este estudio se refiere a la contaminación del agua en Francia, sabemos que este problema es europeo e incluso mundial y que el agua consumida, ya proceda de la red doméstica, de botellas o extraída de la naturaleza, está cada vez más contaminada con residuos químicos cada vez más numerosos y todos ellos peligrosos para la salud humana.
En la actualidad, 20 millones de franceses beben agua que no cumple la normativa, según se ha publicado en varias encuestas (y eso que el agua del grifo en este país se considera de alta calidad), pero ¿qué ocurre en otros países europeos?
A la espera de que las autoridades asuman su responsabilidad prohibiendo estas moléculas (se puede soñar), confíe en los filtros Berkey® que permiten eliminar más de 200 sustancias nocivas, entre ellas el 99,99% del clorotalonil.
